Poesía «Todavía»

No pueden ejecutarse más tarde las
caricias de la urgencia.
Arcadas en mi cabeza, verdades
a la mesa de la cita del restaurante.
¡Tanta comida para llenarse los vacíos
y las mentes rotas
y las palabras mudas
y mis ojos de fuelles!
Acuesto víctimas sobre sus manjares.

Dios no vino a esta cena.
Dios no viene y no vendrá, porque la
espuma,
desde mi boca renegada aún no ha cesado.
Y se estrella mi hermosura
frente a los ojos de cualquiera.
Y las casillas,
siguen vivas.
Y los corrales de mis caderas
en las salas de espera.
Sin palabras.

Texto y dibujo de Ayelén Peralta